domingo, 25 de enero de 2015

El Tinglado

Un príncipe persa le dice a su jardinero:
—¡Sálvame! Encontré a la muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche quisiera estar en Ispahan.
El bondadoso jardinero le presta sus caballos. Por la tarde, el jardinero encuentra a la Muerte y le pregunta:
—Esta mañana, ¿por qué hiciste a nuestro príncipe un gesto de amenaza?
—No fue un gesto de amenaza — le responde — sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispaham esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahan.

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